El presidente Alberto Fernández ratificó que la oferta presentada hace dos semanas por el tema deuda “es la última” de la Argentina, no podemos hacer más” y se manifestó “optimista” respecto del avance de las negociaciones.
En sendos reportajes con el diario argentino Página/12, y el británico Financial Times que se publican hoy, el Presidente dijo “ésta es la última oferta que hace la Argentina, no va a haber otra”.
Fernández sostuvo que es “optimista” respecto al avance de las negociaciones y que –una vez resuelto esto- “sea la última vez en la historia que la Argentina discuta el problema de la deuda”.
El Jefe del Estado le dijo al Financial Times que “cualquier cosa más pondría nuestra capacidad a [pagar nuestras deudas] en riesgo, y no quiero estafar a nadie “.
Flanqueado por su joven ministro de economía Martín Guzmán, quien escuchó detrás de una máscara facial, pero no habló, el presidente dijo: “Quiero poder mirarle a los ojos y no ser acusado de mentir. Esto es lo que podemos hacer, no podemos hacer más”.
El Presidente sostuvo que “esperamos que el mundo nos entienda. No vinimos aquí para pelear con acreedores Vinimos a solucionar un problema que no creamos “, dijo, señalando que fue el anterior gobierno que masivamente aumentó la carga de la deuda.
El Primer Mandatario reconoció que un colapso en los precios del petróleo significaba que Argentina ya no podía “confiar en sus enormes reservas en Vaca Muerta, para impulsar el crecimiento futuro”, pero dijo que “la vasta extensión de tierra fértil de la nación equivalía a lo que él llamó una vaca viva y una oportunidad de valor agregado, exportaciones de alimentos procesados”.
Respecto de un programa económico, el presidente Fernández sostuvo que “no existe un plan detallado. Francamente, no creo en planes económicos. Creo en las metas que podemos establecernos para que la economía pueda trabajar para lograrlos”.
El Presidente insistió en que estaba en contra de la intervención estatal en la economía por el bien de la misma. “Si quería nacionalizar o expropiar empresas, no comenzaría con aquellas que están en bancarrota, comenzaría con aquellos que funcionan bien”, dijo.
En referencia a su relación con la vicepresidenta Cristina Fernández, el Jefe del Estado sostuvo que “somos amigos, nos llevamos bien, nos hemos conocido hace mucho tiempo. No somos necesariamente iguales, pero nuestras diferencias no nos dividen.
Por el contrario, hace un tiempo nos dimos cuenta de que estar separados facilitó nuestra derrota”.
El Presidente señaló que “sería interesante que el mundo se ordene financieramente, el mundo quedó dado vuelta, hay alrededor de 40 países que están en condiciones de defaultear”, agregó en relación a la situación global a causa de los efectos económicos relacionados con la pandemia de coronavirus.
“Espero que la Argentina se recupere con sus propios recursos, con el impulso del Estado y que dejemos de endeudarnos porque la deuda nos condiciona. Pasa en la vida individual y pasa en la vida de los países, no te condiciona sólo políticamente te condiciona para poder proyectar porque tenés esa espada de Damocles en tu cabeza”, respondió al ser consultado respecto a la necesidad futura de tomar nueva deuda.
Sobre la pospandemia, Fernández dijo que el Gobierno tiene en mente “una serie de medidas que reactiven y pongan en marcha otra vez la economía. Son un montón de medidas. La idea es dividir el país en seis regiones: AMBA y las cinco que ya existen, Centro, NOA, NEA, Cuyo y Patagonia y hacer planes específicos para potenciar las fortalezas de cada región”.
“La pandemia nos da la oportunidad de ir hacia un lugar de construcción distinto. Hay un plan general y un plan específico. Va a ser necesario hablarlo con los gobernadores de cada región”, señaló.
El Presidente subrayó que una “buena parte del plan es obra pública y la construcción de viviendas. Son formidables movilizadores de la economía porque ayudan a mover muchas actividades y muchos sectores de la economía y no necesitás importar insumos”.
“En los próximos días vamos a estar en condiciones de anunciarlo. Las medidas van a marcar cuál es nuestro norte”, adelantó.
Dijo que la posibilidad de poner en marcha un nuevo blanqueo “está en carpeta”, si bien se manifestó “muy poco amigo” de una iniciativa de este tipo.
“Eso está en carpeta. Es un pedido de la Cámara (de la Construcción). Confieso que soy muy poco amigo del blanqueo. Me interesa mucho más que el dinero que se blanqueó y se quedó en paraísos fiscales vuelva a la Argentina. La Cámara de la Construcción propone hacer un nuevo blanqueo a cambio de que se invierta la plata en construcción”, detalló el Presidente.